Aún recuerdo que olvido

Hace más o menos 10 años que vengo notando que tengo pequeños olvidos, son por un momento, cuando alguien mencionado algo y yo no recuerdo, pero luego, al pasar los minutos ese recuerdo se hace presente. En un comienzo lo atribuí a mi hipotiroidismo, pues esa fue la respuesta que me daban los médicos, ante mi consulta. Esto ha sido reiterativo, y comencé a preocuparme, el fantasma del Alzheimer siempre está presente, quise saber y asegurarme que esto sucede por el mal funcionamiento de mi tiroides. Sumado al problema para conciliar el sueño y permanecer dormida por más de tres o cuatro horas, que también se le atribuye a la tiroides.

Ambos síntomas me preocupan, por lo tanto fui al neurólogo, luego de la segunda consulta con un especialista, esta doctora me habla y menciona la palabra “apnea”. Todo parece indicar que tienes apnea del sueño, y puede ser apnea obstructiva. Por supuesto, me da la orden para la Polsomnigafía correspondiente, me receta un medicamento para dormir y sustituir la Zoplicona de la cual tomo media pastilla, cada noche. Me informa todo lo dañina que es y me confirma que no debía tomarla nunca más.

Todo esto me ha llevado a realizarme un análisis, a pensar qué me ha llevado a todo esto, así es que recurro una vez más, a la Biodescodificación. En ella me veo reflejada una vez más. Cada vez que consulto, me sorprende lo certera que puede ser. En estos estudios se atribuye a la apnea del sueño, al sentimiento de poca utilidad que una puede sentir, a sentirse indefensa, a peligros para los cuales no podré defenderme. Todo esto lo relaciono inmediatamente con mi temor a ser despedida y quedarme sin trabajo, sin ingresos para sostener mi familia. Por mi edad, es poco probable que pueda emplearme nuevamente relativamente pronto. Es algo que me da vueltas en la cabeza, hace mucho tiempo. Pienso en alternativas, para generar un segundo ingreso o para tener con qué mantenerme una vez que me vea obligada a jubilar constantemente. El schock emocional que viví hace unas semanas al pensar que estaban pensando en despedirme, fue bien fuerte.

Por otro lado, estoy leyendo un libro maravilloso “El Libro de Oro” de Saint Germain, que ha resultado increíble en el apoyo justamente de lo último que les cuento, el día que pensé que me iban a despedir, me aferré a las instrucciones que éste libro entrega, para superar los incovenientes que uno sienta cerca. Siento que fue tan certero, que lamento tanto no haber leído este libro hace 40 años. Así es que mis planes son seguir en el estudio de este libro, más a fondo. Lo leo en los ratos libres en la oficina, y lo voy escuchando en el trayecto desde mi casa al trabajo y viceversa. Lo recomiendo a todas las personas.

Este libro se lo mencioné a mi tía Ana, con quien comparto este tipo de inquietudes literarias y que me comprende bien en este tema. Le regalé una copia impresa y lo está leyendo en la medida que puede, a pesar de los problemas a su vista. También le puse la alternativa en su celular, para que pueda escucharlo, si no puede leerlo, ya que está maravillada también con su lectura y quiere avanzar lo más posible.

Trataré de dejar de tomar el medicamento para dormir y trabajar en mis temores, que son los que me han llevado a sufrir este trastorno del sueño. Creo que es la solución más sana y definitiva. El problema es que no es nada sencillo. Carezco de conocimiento para sacar esos sentimientos de mis pensamientos, de cómo cambiar mis percepciones. Habrá que leer bastante.

He pensado en ayudarme escribiendo las cosas que me suceden a diario, para ayudarme a no olvidarlas, pero eso también es complicado de hacer, requiere dedicar tiempo al fin del día, o tener la rutina de llevar una especie de bitácora. Estas cosas una jamás imagina que algún día estarán tan cerca de pasar y que serán parte de nuestra vida. El gran temor a olvidar, a no acordarte de hechos vividos con tu familia, con tus amigos, a olvidarte de ellos y hasta de mi misma, está aquí a mi lado hoy.

En el fondo creo que siempre tenido la noción de que olvido, y por lo mismo he escrito a lo largo de mi vida. Comencé haciéndolo como un juego, cuando aun no conocía las letras y hacía rayas en círculo imitando palabras, en un cuaderno. Luego, en la adolescencia, sintiéndome tan sola, decidí comenzar a escribir las cosas que me pasaban y que sentía.

Cuando comencé este blog, lo hice para no perder lo que iba escribiendo y también para que me sirviera de registro de mi pasado. Ya sentía que olvidaba los sentimientos y que cosas me los habían provocado. Siempre pensé o quise pensar, que tenía memoria selectiva y olvidaba lo no importante para mi, pero tal vez, ha sido mi cerebro que siempre ha fallado y no es capaz de conservar todo lo que vivo. Creo que algún daño cerebral debe haber, un daño neurológico, porque tengo otro problema de salud, que también se puede asociar a eso. Si los médicos lo descubren, lo escribiré acá. Por ahora es algo que está en estudio y tomará un tiempo para que me vea el especialista respectivo.

Aún recuerdo que olvido. ¿Llegará el día en que no lo haga?

Acerca de Betmi

Madre, hija, mujer. Amo los animales, me sensibilizan especialmente los perros y gatos. Con un profundo interés por aprender de todo. Deseo escribir desde antes de saber hacerlo. Me gusta leer y tejer. Amiga de pocos.
Este artículo fue publicado en Vivencias y etiquetado , , , , , , , , , , . Marcador del enlace permanente.

Agregar un comentario