Pequeña autobiografía

Nací en Santiago, en diciembre de 1965. Mi madre vivía en una casa en Av. Matta con Carmen, donde arrendaba una pieza. Mi tía vivía ahí con ella, y arrendaba otra pieza con su marido. Mi madre no era casada con mi padre, al poco tiempo se distancian y quedo al cuidado de mi tía, cuando mi madre trabajaba. Luego de vivir ahí, nos vamos a vivir al sector de Valdivieso en las faldas del Cerrro San Cristóbal, tengo bonitos recuerdos de esa etapa, mayormente por supuesto, de mis juegos. A los pocos años, yo tendría como 4 años, nos vamos nuevamente a vivir a otro lugar, esta vez cerca de la Plaza Chacabuco en Independencia, casa que era de la hermana de la dueña de la casa de Avda. Matta, con quien nunca perdieron contacto y siguen siendo amigos y nos juntamos todos los que vamos quedando.

Mi infancia fue difícil, en plena época del gobierno militar en Chile la pobreza era habitual, en mi casa no habían muchos recursos. Viviamos con mi tía y su marido, quienes fueron mis padrinos y me dieron mucho amor y cuidados. Crecí jugando en soledad, y luego acompañada de mi perrito Terry, que fue un regalo de mi tío Enrique, un hermano postizo de mi madre. Gran compañía mi Terry, fue un perrito muy especial para mi, aun me duele su partida.

En ese tiempo mi familia aprendió a criar conejos, pollos, gansos, pavos. Era la mejor manera de contar con carne para el consumo familiar y tener huevitos frescos. Era habitual tener que ir a una “cola” para comprar mercadería, los locales comerciales no atendían de manera normal como es hoy.

Fui a una escuela básica pública ubicada aun en Huasco con Nueva de Matte en la comuna de Independencia, luego la enseñanza media comercial en un Colegio de Recoleta donde egresé con el título de Contador. Comencé a trabajar a los 17 años como cajera en una panadería durante las vacaciones, con ese dinero me costeaba los gastos para revelar fotografías que tomaba de mi vida escolar, aunque durante dos años fue mi madre quien me ayudó a revelar la inmensa cantidad de fotografías de mis perros, y de mi vida escolar que tengo actualmente.

Mi primer amor fue a los 15 años, mi primer beso lo dí un 27 de mayo. Los pololeos eran diferentes a los actuales, eran solo besos y abrazos en su mayoría, claro que también tuve compañeras que se embarazaron y tuvieron que dejar el colegio tempranamente.

A los 24 años conocí a quien sería mi marido y el padre de mis dos hijos, estuvimos casados 24 años. Fue muy triste darme cuenta que todo fue mentira de parte de él, que me utilizó para tener un techo y una “familia”. Al separarnos, nunca más contactó a mis hijos, desapareció. Hace unos dos años comenzó a enviar mensajes por wasap a mis hijos. Mi hija le respondió pocas veces el teléfono y solo para hacerle saber la rabia que le tenía y contarle lo bien que estábamos sin él. Mi hijo, no le responde ni mensajes, ni menos llamadas. Ellos también se dieron cuenta de las mentiras que vivimos. Ha sido doloroso para todos, pero también eso nos unió más.

Hoy vivimos los tres con mi madre y mi hijo menor. Mi hija que también se separó hace como dos años, está viviendo cerca de mi casa, en un departamento con mi nieta que tiene 11 años. Cuando se separó se vino a mi casa, para rearmarse y comenzar desde cero. Hoy está bien y encontró un buen trabajo.

Trabajo en una empresa que presta asesoría empresarial en la comuna de Vitacura, y luego de la pandemia, donde mi trabajo era de manera remoto 100%, hoy es híbrido, lo que agradezco y disfruto mucho.

Acerca de Betmi

Madre, hija, mujer. Amo los animales, me sensibilizan especialmente los perros y gatos. Con un profundo interés por aprender de todo. Deseo escribir desde antes de saber hacerlo. Me gusta leer y tejer. Amiga de pocos.
Este artículo fue publicado en Autobiografía y etiquetado , , , , , , . Marcador del enlace permanente.

Agregar un comentario